Las contaminaciones y materiales extraños suelen ser muy complejos de analizar por el ojo humano, debido a las altas velocidades de la producción y la variaciones que pueden existir en tamaño y colores que complejizan aún más las labores del personal de fábrica, por lo que con sistemas de visión artificial se puede automatizar dicha actividad de la siguiente forma:
La función del sistema es verificar los productos y rechazar aquellos con presencias no conformes antes de que continúen a otra etapa, inspección de calidad en línea que permite alcanzar el 98.9% de detección de productos no conformes.
Eliminando los riesgos para los consumidores, minimizando la responsabilidad en caso de retiro, y reducir drásticamente la cantidad de productos defectuosos y los desechos generados en la línea.
En la industria de los alimentos permite verificar contaminaciones que son imperceptibles para el ojo humano, tales como: Polvo, pelos, cuerpos extraños, entre otros, en un claro ejemplo en una línea de pizzas congeladas a pesar de que este alimento cuenta con gran cantidad de ingredientes el sistema de visión tiene la capacidad de detectar con exactitud en donde se encuentra el material no conforme, con el objetivo de generar una alerta y que este producto no salga al mercado con una presencia de una contaminación.
Los cuerpos extraños pueden contaminar los productos de muchas maneras. El metal, el plástico y el vidrio son los tipos de contaminantes físicos más habituales. Se suelen introducir en los productos principalmente a través de inclusión en las materias primas, introducción accidental por parte de los empleados (por ejemplo, sus efectos personales), procesos de mantenimiento realizados en las líneas de procesamiento o de producción, o en sus inmediaciones, o rotura o funcionamiento incorrecto de los equipos durante los procesos de producción y empaquetado.
Garantizar un producto sin contaminantes es esencial tanto para la imagen de la marca como para la seguridad de los consumidores. Por eso, equipos de inspección tales como detectores de metales y rayos x son unas muy buenas soluciones para la detección de contaminaciones en productos. Su utilización permite la reducción de costos: no solo eliminando los falsos rechazos, sino también mejorando la productividad a través de la disminución del tiempo de inactividad del equipo y de los costos de mantenimiento, optimizando la gestión de su vida útil. Por último, aseguran el aumento del índice de calidad y reducción de los desperdicios mejorando, como consecuencia, la competitividad.
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